Eduardo está cerca de alcanzar la mayoría de edad. Ya no es un adolescente inexperto; la etapa de crisis profunda está a punto de terminar, aunque él no lo sabe.
La visión que tiene de la vida es la de un marginado que en su etapa adolescente se ha construido un código de valores propio, como ha podido, para afianzar su personalidad, para sobrevivir. Sus referentes adultos no le han ayudado: su madre muerta; su padre, un delincuente de principios propios y férreos, que ha sido asesinado y unos tíos a los que rechaza.
La visión que tiene de la vida es la de un marginado que en su etapa adolescente se ha construido un código de valores propio, como ha podido, para afianzar su personalidad, para sobrevivir. Sus referentes adultos no le han ayudado: su madre muerta; su padre, un delincuente de principios propios y férreos, que ha sido asesinado y unos tíos a los que rechaza.
Al borde de la juventud, aparece en él la necesidad de actuar, de decidir el rumbo de su propia vida, de intervenir en su infortunado destino. Aparecen las preguntas sobre el sentido de su existencia (¿Quién soy?, ¿adónde voy?...) y la urgencia por elaborar un sistema de valores sobre el que dar el equilibrio necesario a su paso a la etapa adulta.
Los intereses de Eduardo coinciden con los de muchos adolescentes: son éticos, artísticos, musicales, literarios, familiares y sociales. Y ha sufrido, como ellos, la crisis de independencia tan relacionada con el carácter del adolescente, que aumenta la oposición al mundo adulto —padres, madres, educadores...— y al sistema.
En su caso, ha de resolver además, un sentimiento de rencor hacia los que le rodean, hacia los que piensan y sienten de una manera normal, y este aspecto supondrá el ingrediente de intriga de este libro, imprescindible en cualquier novela juvenil.
En su caso, ha de resolver además, un sentimiento de rencor hacia los que le rodean, hacia los que piensan y sienten de una manera normal, y este aspecto supondrá el ingrediente de intriga de este libro, imprescindible en cualquier novela juvenil.
Rebelde es obra del autor M. L. Alonso y resulta ser la continuación de El impostor, también del mismo autor.
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